El MuNdO De PaMeLiTx!!!

Sunday, May 17, 2009

Aquel vagón


En un vagón de metro me encontraba pensando el otro día, me encontraba sola, el único ruído que había era el sonido de los rieles cuando el tren pasaba rápidamente por ellos. El vagón se mecía con suavidad, una suavidad casi imperceptible, y yo, sentada en uno de los asientos tratando de ocupar de manera productiva el tiempo que iba a tardar en llegar a mi destino.
Fue así cuando comencé a sumirme en mis pensamientos entrando en el más profundo trance, comencé a recordar, como en esas tarde de lluvia, como había sido mi vida hasta ahora, en mi poca capacidad anterior por resolver mis conflictos. Recordé las situaciones pasadas buscando algún método para volver a vivirlas sin volver a cometer los mismos errores, esos que tanto dolieron, que tanto me hundieron y que tanto me costó superar, pero también me vi fortalecida, sentí que ya no me podían a volver a herir de la misma forma, que a pesar de ser la misma en esencia, los errores y la experiencia de vida me han servido para aprender y fortalecer mi personalidad y a tener ganas de salir adelante ante cualquier situación que se me presente.
Pensé en lo mucho que he cambiado en mi forma de pensar con respecto algunas cosas, es increíble como los años te hacen madurar, mi rebeldía desapareció, ya no necesito serlo porque tengo la edad suficiente para ser conciente de mi y de mis desiciones. Las arrancadas de mi casa, las mentiras blancas para poder salir a lugares a los que mis padres no me permitían ir eran parte de mi emoción adolescente, ahora, siendo adulta jóven, y viendo los años que han pasado hasta ahora me causa gracia todo lo que hice, me complace contar a mis actuales amigos mis aventuras cuando tenía 16, 17 y recién comenzaba a vivir mi vida.
Luego de ese viaje por mis momentos rebeldes, también llegué al concepto de amistad, y de los tantos "amigos" que pasaron por mi vida durante mis años de infancia y juventud, tantas personas que pasaron, algunas se quedan hasta ahora y son parte de un pilar fundamental, por los cuáles vivo cuando me siento ahogada, los que calman mis lágrimas cuando estoy triste y los que celebran conmigo cuando me siento feliz, esos que no puedes evitar querer porque es imposible no hacerlo. Llegaron a mi cabeza miles de juntas con algunos de ellos y sola me sonreía mientras el movimiento del vagón mecía mi cuerpo y la oscuridad del túnel se apaciguaba con la luz blanca y fuerte del carro, quería volver a alguno de esos encuentros y reirme de nuevo, pero de pronto me desconcentró el sonido de la puerta al cerrarse y la voz del conductor diciendo el nombre de la estación en la que me encontraba, y no pude volver a encontrar esa parte de mi existencia dentro de mis pensamientos otra vez.
Intenté volver a concentrarme y poder evitar que el viaje se hiciese más largo y tedioso, y es ahí donde todo mi ser se volvió vulnerable, pensé en ti. Tú un ser que nunca esperé tener en mi vida, alguien que cambió el movimiento de mis días, cuando yo estaba tan dolida, un ser que me hizo querer bloquear el centro de mis emociones para no volver a experimentar ningún tipo de sentimiento parecido al que se tiene un ser por otro. Por un momento lo conseguí, pude centrarme en lo mucho que disfrutaba de no tener ataduras, pero a medida que pasó el tiempo comencé a disfrutar de tu compañía, mis labios comenzaron a regocijarse con el roce de los tuyos, y yo, simplemente me negué a sentir, por miedo a que tú no seas el indicado, por miedo a que tú, en el mismo intento que yo, logres bloquear tus emociones y yo caer en el más profundo abismo al no sentirme correspondida.
Empecé a recordar los momentos juntos y en lo mucho que me había resistido a que no me importaras, logré imaginarme tus ojos, esos que me miraban temerosos de algún tipo de indicio de amor en los míos, pero que sin embargo, sin que te dieras cuenta me hablaban de ti, me contaban lo que estabas sintiendo, y siempre me transmitían la comodidad de tu existir al estar conmigo. Recordé tus labios cuando se encorvaban en un intento de sonrisa, tus manos suaves y cálidas en las mías. Mientras me acordaba de ti, el tren llegó a su destino y me hizo aterrizar en mi realidad, tenía que descender y seguir mi viaje para llegar a mi destino. Caminé rápidamente mientras hablaba por celular y tomé el otro vagón que me llevaría a mi destino final. Me bajé y caminé por el frío y decubrí lo lindo que es mi existir. Sentí ansias de poder fumarme un cigarrillo y poder volver a analizar mi vida en otro momento de la misma forma como lo hice en alquel vagón.

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home